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martes, 26 de abril de 2011

El Llamado a la Fidelidad


La parábola de los talentos ha dejado una gran impresión en mí durante mucho tiempo. ¿Qué querría Dios que nosotros aprendiéramos de ella? He pensado cosas que me gustaría compartir:
1. No todos tenemos la misma cantidad de talentos.
2. Dios sólo requiere que usemos los que tenemos.
3. Dios no desea que nos comparemos con otros.
4. No debemos usar nuestros talentos de manera egoísta.
5. Dios requerirá de nosotros sólo aquello que él nos había dado.
6. Nuestro concepto de Dios determinará cómo usamos nuestro talento.
7. La simple obediencia a lo que conocemos agrada a Dios.
8. Cuando usamos lo que tenemos, Dios nos dará más.
9. Dios desea que nuestras vidas sean fructíferas.
10. Es un grave pecado enterrar nuestros talentos.
11. La fidelidad es más importante que hacer grandes cosas.
Dios nos ha dado talentos a cada uno de nosotros para que los usemos. Dios desea que hagamos lo que seamos capaces de hacer.
Esto incluye el trabajo que hacemos en nuestros oficios, la ayuda que les brindamos a los necesitados, nuestro trabajo en la comunidad y en la iglesia. A veces somos llamados a trabajar de forma anónima.
Recuerda, hasta dar un vaso de agua fría tiene su recompensa. Dios está interesado en las pequeñas cosas así como en los deberes más notables.
No busquemos las cosas grandes hasta que no hayamos aprendido la fidelidad en las cosas pequeñas.
Fuente: Wayne Miller, Junto a Aguas de Reposo
Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. --Mateo 25:29

El Destino es ...

jueves, 14 de abril de 2011

No es que sea con amor de perrito


Aarón y Abbey, llevaban casi un año de feliz matrimonio, cuando él le hizo un "obsequio" a Abbey que ella nunca deseó: un enorme perrito Chow, con patas del tamaño de pelotas de béisbol.
"Aarón, querido", dijo Abbey con firmeza "los perros y yo somos enemigos naturales. ¡Sencillamente no sabemos llevarnos bien!"
"¡Pero Abs!", dijo Aarón, llamándola con el nombre de su mascota con el fin de ablandarle el corazón, "Verás que pronto te acostumbrarás a él".
Para ambos, era obvio que el perrito era un regalo para Aarón.
"Perri", nombre que por fin decidieron ponerle al animal, vino a ocupar un lugar incómodo en el hogar. Habiendo decidido que el animal debía comprender su lugar como enemigo personal , Abbey emprendió una campaña silenciosa en contra del cachorro.
Perri captó de inmediato su resistencia y por un tiempo reciprocó robando toallas, despedazando zapatos y muebles y llevándose cualquier artículo pequeño que Abbey estuviera usando, una vez que esta le daba la espalda. El perrito hizo caso omiso a sus intentos por corregirlo y así transcurrió el primer año de Perri, como miembro de la familia.
Cierto día, Abbey notó un cambio en la actitud de Perri. Para su sorpresa, el cachorro comenzó a darle alegre bienvenida cada vez que llegaba a casa, rozando su mano con el hocico y lamiendo sus dedos en un amistoso "hola". Cada vez que ella lo alimentaba, él se echaba un instante y la miraba con adoración antes de comenzar a comer. Para colmo, el perrito comenzó a acompañarla en sus caminatas matutinas, permaneciendo muy cerca para protegerla de otros perros, mientras ella transitaba por las desiertas calles.
Poco a poco, Abbey fue humillada por el amor de Perri, hasta lograr una tregua. Hoy día, dice que la persistencia de Perri le ha enseñado mucho sobre cómo amar a los enemigos. Ella dice que Perri está ganando la pelea, pero no se lo digan a Aarón.
¿Conoces a alguién, quizás un miembro de tu propia familia, que necesita algún tipo de expresión de tu amor, en vez de tu resistencia?
Fuente: Al Atardecer con Dios, Edit. UNILIT
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos. Mateo 5:44

Santuario Personal

La culpa con sangre sale

El juez bajó con fuerza el mazo. «Un cuarto de litro de sangre; ¡esa es la multa!», dijo con voz estentórea. Y el acusado, un hombre que había cometido una falta administrativa, se resignó a pagar. De todos modos, si donar sangre duele, también es algo que se repone en poco tiempo.
Mario Gil, juez de Temuco, Chile, que deseaba dictar sentencias justas, había establecido en su juzgado un sistema punitivo revolucionario: personas que cometieran faltas menores no pagarían con arresto o dinero: pagarían con sangre que donarían al hospital local. «Si la letra con sangre entra —había afirmado el juez—, la culpa con sangre sale.»
He aquí una medida pintoresca para castigar delitos menores, algo arbitraria y heterodoxa pero práctica y útil. Con el sistema del juez chileno, se podría solucionar el eterno déficit de sangre en el hospital local.
Todos los pueblos del mundo, aun los más primitivos que han elaborado alguna clase de culto o religión, han sostenido siempre que un sacrificio de sangre quita la culpa y limpia el pecado. Ya sea la sangre de un cordero, de un gallo, de un jabalí o de un ser humano, siempre se ha creído que la sangre expía el pecado.
Lo cierto es que el juez de Temuco tenía razón: la culpa con sangre sale. Pero no es porque se haya establecido en el tribunal del juez Gil sino porque está establecido en el augusto y eterno tribunal de Dios, el Juez Supremo. La sangre expía el pecado y quita la culpa de cualquier persona, por grande y antigua que sea.
Sin embargo, la sangre que quita el pecado del mundo no es la de cualquier persona. No es la sangre del pecador, ni es la sangre de su madre o su padre o del ser que más lo quiere. La Biblia, el Libro Supremo de la humanidad y el único que dice la verdad, toda la verdad y solamente la verdad, dice que la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, es la única que cubre y borra nuestro pecado. Y por si eso fuera poco, la Biblia dice además que esa sangre vertida en la cruz del Calvario no sólo borra todo nuestro pecado, sino que es tan eficaz que Dios, el ofendido, olvida ese pecado para siempre. De modo que nadie necesita morir por su pecado ni derramar su propia sangre. Cristo vertió la suya, y esa es más que suficiente.
Si bien la culpa sale con sangre, la cura entra con Cristo. Él derramó su sangre por nuestra culpa, y ahora está a la puerta de nuestro corazón, pidiendo entrada. «Mira que estoy a la puerta y llamo —nos dice en el Apocalipsis de San Juan—. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:20 Más vale que le demos entrada, le pidamos perdón y permitamos que su sangre quite esa culpa y nos limpie de todo pecado. 1 Juan 1:7
Por Carlos Rey

martes, 12 de abril de 2011

Descansa Confiado

Hoy… Estaré Asombrado.


“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe bien” Salmo 139:14
Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Qué increíble es pensar que hay gente que ponen en duda que Dios ha creado todo cuanto nuestros ojos ven.  En realidad se necesita 1000 veces más fe para creer que lo que vemos surgió de la nada, que  creer lo que la Biblia dice.
Acaso no es increíble ver como a través del fotosíntesis las plantas procesan oxigeno, lo cuál nosotros necesitamos mientras ellas necesitan el dióxido de carbono que nosotros desechamos?  Sólo Dios lo pudo hacer. Quién es el que hace que los árboles extiendan sus raíces a las profundidades para luego levantarse frondosos y darnos su sombra y sus frutos?. Sólo Dios.  Hoy  estaré una vez más asombrado ante las maravillosas obras de Dios.
Sólo al pensar en este día, las  maravillas del coagulante de la sangre, el milagro de las hormonas, las maravillas del ojo, los intrincados secretos del corazón.     La asombrosa acción de crecimiento de mis cejas y pestañas, que parecen saber cuando dejan de crecer mientras mi cabello de la cabeza sigue creciendo. Quién les dió tales límites?  Quién estableció el pulgar para que hiciera el equilibrio a los cuatro dedos y así poder tomar la pelota y abrocharme la camisa?
Quién reguló la presión de la sangre en mis venas?  Quién ordenó a mis riñones que funcionarán sabiamente como lo hacen cada minuto?  Cuando comienzo a leer biología y fisiología comienzo a levantar mis manos ya alabar al Señor. Hoy, quiero asombrarme ante tan esplendorosa grandeza.
Sólo Dios lo ha hecho en su bondad. Grandeza y misericordia.  Por eso hoy puedo expresar lo que el salmista dijo: Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos, un día emite palabra a otro día y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz, pero por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras.  Si porque sus hechos son palabras impresionates que nada ni nadie pueden refutar.
Señor, en este día estoy asombrado y maravillado cuando contemplo tus obras. Todas tus obras son impresionantes y grandes.  Tú eres digno de ser alabado. En este día quiero alabarte y expresarte mi asombro.  Cómo podre ignorar tus obras?  Todas tus obras anuncian tus grandezas.
Hoy quiero expresar mi asombro en alabanzas, porque tú eres digno de ser alabado.  Digno eres oh Dios y grande de ser adorado en gran manera. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

Para todo hay un Plan.

Hoy… El Señor Me Sustenta.



“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaias 41:10
El día que fui a llevar a mi hijo por primera vez a la escuela, recordé el día cuando el Señor me lo dió y él vino al mundo. Fue un milagro, no podía creer que ya era papá.  Pero al ver ese pequeño en mis manos, pude decir, este es un milagro de Dios.
No era muy sentimental, pero ese día que el primer hijo nació, me torne muy sentimental, algo se volvió tierno dentro de mi.  Sin embargo, el tiempo vuela rápido y al verlo ya un adulto, quedo sorprendido.  Aún recuerdo como crecía año  tras año y mientras el crecía, crecía también dentro de mí el amor y el cuidado por él.  Hoy , se que que es igual con mi padre celestial.
Él ha prometido que jamás me dejará y que siempre me sustentará.  Se que ha medida que envejezco, su amor se renueva día a día por mi.
El Señor es tan bueno a nosotros, él promete nunca abandonarme.  Él me sustenta con su mano derecha. Oh, cómo yo quisiera seguir sustentando a mis hijos de la mano derecha, para prever cada paso que ellos dan y para llevarlos día a día por el buen camino y confortarlos cuando las cosas les salgan mal, pero ya no es posible, ya crecieron, pero para Dios yo aunque crecido sigo contando con su mano.
Él sigue a mi lado y por eso yo lo exalto y lo glorifico con todo mi corazón.  Por eso el Salmista pudo expresar con total confianza estas palabras: “ Tu misericordia es mejor que la vida y por ellos mis labios te alabaran,. Yo te bendeciré mientras viva y levantaré mis manos en tu nombre. Mi alma estará satisfecha y mi boca proclamará cantos de alabanza”.  No es para menos, lo menos que puedo hacer para el padre que siempre me acompaña es adorarlo y exaltarlo.
Bendecido es el hombre y la mujer que se gozan en el Señor.  Hay satisfacción interna profunda cuando valoramos la presencia y la compañía del Señor.  Satisfacción al saber que estoy bajo la sombra de sus alas y rodeado por su amor bondadoso y colmados de bendiciones.  Este es un buen día para caminar con esa confianza total en el padre celestial.
Señor, Gracias por sustentarme y sostenerme con tu diestra, por eso puedo decir a mi alma , bendice al Señor, Oh alma mía y no olvides ninguno de sus beneficios, porque él es quien perdona todas tus iniquidades y quién sana tus enfermedades y quién redime tu vida de la destrucción, quién te corona de favores y misericordias y quién satisface tu boca de buenas cosas y además quien renova tus fuerzas como las águilas.  Señor, en este día quiero vivir muy agradecido por tus bonddes y misericordias. Gracias por tu sustento y tu fuerza. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

Divorcio de hijos y padres


El juez golpeó la mesa con el martillo, y solemnemente pronunció la sentencia: «Concedida la demanda. Gregory queda divorciado de Raquel.» Pero en este caso se refería al divorcio en sentido figurado, porque quien se divorciaba era un niño de doce años de edad.
El menor había solicitado, en un tribunal de la Florida en los Estados Unidos, divorciarse de su madre Raquel Kinsley para poder ser adoptado legalmente por George y Lizz Russ, la pareja que lo había prohijado. El juez concedió este extraño divorcio porque Raquel, la madre, había abandonado por completo a su hijo prácticamente desde que nació.
En la actualidad los divorcios no son excepcionales, pero este divorcio es singular porque lo solicitó contra su madre un niño de doce años. La madre era drogadicta, mujer de bares y clubes nocturnos, de hombres, de fiestas y de abandono. En los doce años de la vida de Gregory, Raquel nunca fungió como verdadera madre. Fue madre biológica y nada más.
Gregory nunca tuvo cariño, ni educación ni cuidado. En cambio, la otra pareja le dio a Gregory todo lo que un niño necesita: amor, protección, consejos y la palabra mágica «hogar».
Lo cierto es que el hogar y la familia están sufriendo un ataque despiadado por parte de fuerzas enemigas como lo son el desapego de los padres hacia los hijos, la libertad excesiva, los vicios desenfrenados, la inmoralidad desvergonzada, y la irreligiosidad. La antigua institución judeo-cristiana se bambolea: las paredes se resquebrajan, el techo se hunde, los cimientos ceden y la casa se viene abajo.
¿Qué consecuencias trae este derrumbe del hogar, especialmente entre los adolescentes? Drogadicción, pandillaje, relaciones sexuales fuera del matrimonio, embarazos indeseados, delincuencia juvenil. Todos estos males tienen origen en hogares que no son hogares sino sólo casas, cuatro paredes frías sin alma.
¿De dónde proceden todos estos males sociales? De un gran divorcio previo, cuando el hombre se divorció de Dios. Todos los males que hay en el mundo —y la lista es larga— provienen de aquel primer divorcio que Adán y Eva hicieron de Dios su Creador y Padre.
 Sin embargo, es posible reconciliarse con Dios y volver a casarse. Hay sanidad en la familia cuando se restablece esta comunión. Sometámonos al señorío de Jesuscristo. Cuando Él es Señor de nuestra vida, de nuestro matrimonio y de nuestro hogar, todo cambia. Él está en este momento tocando a la puerta de nuestro corazón. Abrámosela hoy mismo.
por el hermano Pablo

lunes, 11 de abril de 2011

El Espíritu de Dios me Transforma

La Pureza

_El cristiano está llamado a sufrir. ¿Acaso nos damos cuenta de esto? Dios no tiene mejor manera de glorificar su nombre que el acercarnos a él por medio de las pruebas que él mismo manda (o que permite que vengan) a nuestras vidas.
Nosotros debemos permitir que Dios nos haga aptos de entrar al cielo por medio de su gracia. Allí no entrará nada impuro, así que debe ser nuestra sincera oración que Dios nos purifique para llegar a estar preparados para el cielo.
En cierta ocasión un joyero estaba dándole calor a su oro. Él revolvería el líquido con su cucharón y sacaba las impurezas que flotaban en la superficie. Alguien le preguntó cómo él sabía cuando su producto estaba puro.
Él contestó: "Cuando puedo ver claramente mi reflejo en la superficie"
El método de Dios por lo general no consiste en un solo calentamiento y luego quedamos puros. Se requiere de varios calentamientos para llevarnos a niveles más altos.
Es reconfortante saber que nada nos sobrevendrá que nuestro Señor no haya experimentado antes que nosotros. Tengamos una actitud positiva ante las pruebas que se presenten en nuestras vidas. Ellas son para nuestro bienestar eterno.
Fuente: Kenton Martin, Junto a Aguas de Reposo
No entrará en ella ninguna cosa inmunda. Apocalipsis 21:27

sábado, 9 de abril de 2011

Tú Aumentarás mis Fuerzas

Una nube de mosquitos

El viejo avión DC-8 se acercaba al aeropuerto de Yakarta, Indonesia. El tiempo estaba algo tormentoso, pero no ofrecía peligro. El piloto hizo bajar las ruedas y puso los alerones. Por delante había una densa nube plomiza, pero no tenía mayor importancia. Sin embargo, no bien el avión entró en esa nube, los motores se apagaron.
El piloto, sorprendido, tuvo que hacer aterrizar el avión en plena selva. Los espesos árboles aminoraron el impacto. El avión, tras unos cuantos saltos, finalmente se detuvo. Los 142 pasajeros y la tripulación salieron golpeados pero vivos.
¿Qué había pasado? La densa nube gris que paró los motores eran miles de millones de mosquitos. Éstos habían taponado las turbinas, de modo que el avión había quedado sin fuerza motriz. Un solo mosquito o, incluso, algunos pocos, podrían ser molestos, pero se pueden matar de un manotazo. En cambio, millones de mosquitos formando una densa nube negra resultó ser devastador.
Así son los problemas de la vida. Cuando es uno solo, no provoca mayor preocupación. Pero cuando éstos se acumulan en la vida y nos hallamos ofuscados bajo el peso de ellos, se vuelven una carga onerosa.
Hay tres clases de problemas: los que nosotros mismos nos causamos con nuestro comportamiento, los que otros nos causan por la razón que sea, y los que existen solamente en nuestra imaginación. Y sean cuales sean, y vengan de donde vengan, cuando se amontonan uno sobre otro en pesada y densa nube, nos ofuscamos y no hallamos qué hacer. ¿Cuál será la solución?
Comencemos pidiéndole a Dios calma en sincera oración. Es difícil pensar cuando ruge la tormenta. Luego sentémonos a una mesa o escritorio, y con lápiz y papel en la mano, comencemos a escribir. Anotemos con detalles cada uno de los problemas. Lo primero que notaremos es lo difícil que es pasar al papel el problema. Es porque, en gran parte, el problema es una reacción emocional y no algo, en sí, específico. En cuanto nos damos cuenta de eso, el problema empieza a disiparse.
Cuando terminemos de elaborar la lista, llevemos cada problema a Dios en oración, comenzando con el más leve. El apóstol Pedro dice: «Depositen en él [Cristo] toda ansiedad, porque él cuida de ustedes» (1 Pedro 5:7). Cuando con calma invocamos la ayuda divina, las soluciones comienzan a aparecer. Lo que antes era una confusión tormentosa se convierte en un remanso de paz, todo por acción de Cristo. Él está esperando que clamemos a Él para darnos esa paz

Necesito TU guia

EXPLOSIÓN DE IRA

Era imposible que una insensata estupidez produjera efectos tan desastrosos. La mañana transcurría pacífica y feliz. El sol brillaba en el cielo. Brisas frescas mecían los pastos. Las vacas rumiaban tranquilamente, y Rubyat Wolf, granjero en el norte del Líbano, miraba feliz su hacienda.
En eso, un sobrino suyo disparó al azar su escopeta, y le dio en un ojo a una de las vacas. El granjero, enfurecido, le propinó una paliza. Intervinieron entonces otros parientes, y se produjo un tremendo tiroteo. Cuando se disipó el humo había, además de varios heridos, trece personas muertas en el suelo, y la vaca, con un ojo menos, seguía rumiando en el campo.
¿Qué fue esto? Un estallido de ira. El motivo era serio, cierto. Un muchachón armado de una escopeta lastimó de gravedad una vaca campeona. Pero, ¿justifica un ojo vacuno perdido, que hubiera, en menos de cinco minutos, trece personas muertas? ¡De ninguna manera!
Hubo alguien que le puso nombre a la ira. La llamó «doncella con corazón de tigre». Si está dormida, es bella como la bella durmiente del bosque. Si está despierta, es violenta y feroz como un furioso huracán.
El sabio Salomón encara este tema con expresiones muy acertadas. He aquí sus palabras: «Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio» (Proverbios 27:3). La ira es aliento del infierno e impulso del maligno, y sopla vientos de fuego en corazones débiles.
El Maestro de Galilea tuvo unas palabras que decir acerca de la ira. «Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.” Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno» (Mateo 5:21,22). Notemos cómo Jesucristo pone la ira a la par del homicidio.
La filosofía de hoy nos dice que nuestros sentimientos no se han de violar, que nuestros gustos son más importantes que los de cualquiera, y que si alguien pisotea nuestra opinión, debemos declarar en forma clara que no vamos a permitir que nuestros antojos se ignoren. El resultado es disgustos y pleitos.
¿Qué es lo opuesto a la ira? La comprensión, la bondad, la tolerancia, la paz. El Señor Jesucristo, Señor de amor y de paz, puede poner paz en nuestro corazón. Entreguémosle toda nuestra ansiedad y nuestra ira. A cambio nos dará su paz insondable.
por el Hermano Pablo

¿Hacia donde voy?


Esta es una buena pregunta para hacernos en éste momento. Estamos recién iniciando un nuevo año y  probablemente ya anden por su cabeza rondando propósitos  y metas  para mejorar su vida, tal ves algunas sean “recicladas” del año pasado, y otras surgen ante nuevas situaciones de la vida.
Hoy, quiero compartir con usted algunas pautas que pueden ayudarle en la búsqueda del camino  para alcanzar sus metas y con ello conseguir una mejor  calidad de vida, en paz y armonía  primero, con usted  mismo y luego  con quienes le rodean.
1-    Trabaje en conocerse:
El principal problema de muchas personas es que no tienen ni  idea de qué quieren en la vida. Se mueven al ritmo de los demás. Son expertos y expertas en complacer siempre a los demás sin  importar lo que ellos/as quieren. Pueden colapsar ante la simple pregunta ¿qué quieres?  Esto porque les resulta más habitual andar detrás de los demás tratando de adivinar  la mejor forma para complacerles. De alguna manera este puede ser un mecanismo de escape, porque si no me siente satisfecho(a) conmigo mismo, la mejor manera de obviarlo es fijándome en los demás para no tener que verme a  mi. Esto funcionaría si no te sintieras infeliz… pero la verdad es que este tipo de conducta siempre te va a generar sentimientos de  tristeza.
Trabaja en conocerte. Has viajes mentales en donde tengas la libertad de pensar  qué es lo que anhelas, a dónde  deseas ir. Recuerda que  soñar no cuesta nada y no estas en la obligación de compartir ni tus sueños ni tus pensamientos. Visualízate  disfrutando de los beneficios  de ser lo que quieres  ser. Un ejercicio que te puede ayudar es el escribir tus sueños. No tienes que hacer una obra colosal, tan sólo date el permiso de  pensar que deseas en tu vida.
2-    Trabaje en mejorar la comunicación con quienes le rodean
Este  puede ser un propósito que requiere  de mucha valentía, pero que a la larga le traerá enormes sentimientos de felicidad.
Muchas personas viven vidas paralelas porque no tienen o no saben cómo comunicarse con sus  parejas, hijos/as, familiares, compañeros de trabajo, jefes, etc; entonces como un escape empiezan a fantasear  para sí mismos… “si le hubiera dicho….”.  Reviven situaciones que pasaron en su vida real en la  fantasía,  en donde logran decir y hasta actuar de la manera que jamás se atreverían  hacer en la vida real.
Muchos se escapan también detrás de esta frase “mejor no le dije nada, porque si le decía algo no me iba a controlar”, “me callé para evitar más problemas”. Una amiga vivía una situación de violencia pasivo agresiva con su familia. En algún momento le hice la comparación con esas novelas  populares que giran en torno a dramas de  “culebras vengativas” que solo andan detrás buscando maneras de hacer daño. Así era su familia. Sus historias no dejaban de impresionarme, pero al pasar del tiempo, me empezó a asombrar más su respuesta; siempre era la misma : PASIVA. – ¿Y vos que hiciste?  – Nada. La verdad es que mejor no hacer más problemas… – ¿Y vos que hiciste?  – Nada. Las ignoré…. – ¿Y vos que hiciste?  – Nada, me hice la loca…. Así era siempre su reacción.
No podemos andar por la vida permitiendo que los demás nos utilicen de alfombra. Es importante que usted trabaje en desarrollar la capacidad de comunicar lo que usted siente o necesita.  Comunique de forma asertiva sus necesidades. Esta practica como decía al principio no es fácil, porque resulta que a muchas personas no les gusta  recibir respuestas asertivas, pero a la larga se acostumbran y empiezan a modificar sus demandas. Pero todo depende de usted.
3-    Establezca prioridades
Deshágase  de ese mal hábito de decirle que sí a todos y a todo. No confunda  el don de servicio con el servilismo.
Las personas serviles son aquellas que no tienen un camino trazado. Van hacia donde los demás les piden “el favor” que vayan. Les cuesta decir No aún y cuando se sientan realmente infelices,  ellos/as terminan siempre diciendo que sí.
Bajo esta rutina,  sufren ellos/as y sufren quienes les rodean. Unos, porque por andar detrás de los demás no terminan de complacerse a sí mismos y  quienes les rodean, porque no hay nada peor que no saber cuando contar con alguien, principalmente cuando es papá o mamá. Los hijos/as muchas veces entran en conflictos con sus padres porque en ésta incapacidad de ponerle límites a los demás, terminan  siendo arrastrados en el mismo patrón. ¿Cuál puede ser el resultado? Hijos/as que viven solo para complacerse a sí mismos porque no quieren  seguir con el patrón de papá o de mamá, o hijos/as que se convierten al igual que sus padres, en seres serviles.
Ponga límites.  El tiempo de familia es insustituible. Si hay planes familiares, estos deben tener su prioridad. No quiere decir que tienen que moverse todos juntos en familia a todo lugar. Cada miembro puede tener su propia vida y una vida de familia. Se trata de que aprendamos a dar un orden  a nuestros espacios de vida.
Recuerdo que de adolescente, mi mamá se refugio más de la cuenta en la iglesia pues  recién había muerto mi papá y la iglesia fue su escape. Ella iba a la iglesia de lunes a domingo. Muchas veces nosotros íbamos con ella. En otras ocasiones nos quedábamos solos en la casa. Sin darse cuenta mi mamá, empezamos a recibir visitas de “amigos” cuando ella no estaba. Mi hermano pequeño fue quien más sufrió su ausencia, pues  empezó a revelarse y a tomar caminos que no eran convenientes. Mi mamá cuando empezó a ver los  síntomas, retomó el tiempo de familia, empezó a  establecer más controles y la situación mejoró notablemente porque sus prioridades cambiaron; no dejó la iglesia; siguió asistiendo, pero había días en que  hacíamos el culto en la casa; leíamos la Biblia y orábamos en familia.
4-    Haga un plan para cumplir sus metas
Las metas no se van a cumplir solo con pensarlas. Hace falta actuar. Evalúe las posibilidades que tiene de que esas metas se cumplan. Ponga plazos para ir alcanzándolas poco a poco. No trate de conseguir todo a la fuerza o  de manera fácil porque probablemente si las cosas no salen tal cual el plan,  las terminará abandonando. Establezca pasos  o etapas para conseguir sus metas. Haga mapas mentales del camino que debe seguir y evite ponerse plazos absurdos. Por ejemplo, si una de sus metras en bajar de peso; establezca cuanto peso cree que puede bajar por mes. Empiece eliminando ciertos gustitos de comidas.  Antes de meterse en una dieta forzosa, sería conveniente que empiece a reducir las cantidades de alimentos o antes de meterse a un programa físico, inicie con pequeñas caminatas. La idea es que  su meta sea alcanzable. Si se trata de conseguir un nuevo trabajo, inicie  teniendo muy claro que tipo de trabajo le gustaría, cual horario le sería más conveniente, cuánto cree que debería de ganar. Estudié las posibilidades, pero sea sobre todo realista; no pesimista. Muchas personas han logrado surgir a partir de pequeñas oportunidades. Tenga las puertas abiertas, pero salga a echar de ves en cuando un vistazo.
Espero de todo corazón que éste año sea de mucha bendición y crecimiento espiritual, emocional, laboral….
Comparto con ustedes la bendición que mi mamá siempre me da, Aprópiese usted también de esta promesa:
“Jehová te bendiga y te guarde, Jehová haga resplandecer  su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.” Números 6: 24-26
¡ Hasta entonces!
Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga- Psicopedagoga

jueves, 7 de abril de 2011

Ora con Tus Dedos

Hoy… Caminaré Como Una Carta Abierta.

“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” II Corintios 3:2.

En una ocasión un orador en un auditorio levantó una hoja en blanco y preguntó: Qué ven ustedes?  La respuesta del público fue: Una hoja de papel.  Él puso la hoja en el  púlpito y luego de hacer un punto minúsculo en la hoja , preguntó y ahora que ven: Todos dijeron un punto oscuro.
El orador dijo: Imaginen ustedes que este papel vació es una persona y el punto pequeño es la falla más grande que él tiene. Lo blanco que rodea el punto representa todas las cualidades útiles que nosotros tendemos a ignorar para solo centrarnos en el punto negro.  Frecuentemente una falla en una persona parece más grande de lo que realmente es y por mirar esa falla ignoramos todos lo bueno que rodea ese punto.
Hoy se que soy una carta abierta que será leída por todo el mundo y ese mi mas grande desafió en este día.
Hoy se que no solamente soy carta abierta y leída sino que los demás son cartas y no quiero detenerme solo en puntos minúsculos sin apreciar lo blanco que rodea el punto.  En nuestra sociedad hay una gran carencia de apreciar lo blanco que rodea.
Cuantas veces he permitido que una o dos equivocaciones en alguien produzcan un cambio  en mi mente acerca de esa persona. En el matrimonio frecuentemente nos enfocamos en las fallas del cónyuge en vez de mirar  los puntos buenos que posee.
Nos alejamos de los amigos porque ellos fallaron en cumplir un compromiso. En la vida   diaria loscristianos a veces nos alejamos de los hermanos por puntos minúsculos sin considerar lo blanco del resto del papel y sacrificamos la unidad por los pequeños detalles. Hoy quiero mirar lo blanco del papel y no los puntos minúsculos en la carta abierta de otros.
Hoy como creyente debo desarrollar una vida totalmente desprovista de egoísmo.  Mi enfoque debe moverse de mis necesidades a las necesidades de otros. La mayoría de las depresiones son ocasionadas por enfados internos.
La perdida de salud , la muerte del amor y los sueños no cumplidos   han ocasionado una perdida de enfoque en la vida.  Hoy quiero tener la mente de Cristo y ser un ejemplo de amor cuando lea las cartas abiertas de otras vidas y así seré leído de la misma manera.
Mi vida al ser leída como una carta desprovista de egoísmo impactará  la vida de otros.  Hoy se que soy carta leída y quiero  que lo blanco del papel atraiga tanto que  los puntos minúsculos pasen desapercibidos ,pero quiero a la vez no centrar en los puntos minúsculos de otros sino apreciar la blancura del papel de otros.
Gracias Señor por tu grande amor.  Muchas gracias por darme la oportunidad de ser una carta abierta la cual ha de ser leída por muchos.  Permite que cuando otros lean esa carta se sientan entusiasmados porque ven la obra tuya en esa carta. Amén.
Dr.Serafín Contreras Galeano.

Como cambiar el mal caracter?


En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Soy un joven que me casé... con una mujer que tenía dos [hijas]. El mayor de los problemas es que yo tengo mal carácter, por [lo que] me enojo [fácilmente]. [Pero] nunca la he golpeado. Cuando salimos de paseo, la niña pequeña siempre regresa llorando, y eso me molesta demasiado.
»Quisiera que me aconseje cómo cambiar el carácter.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»Es interesante que usted ha llegado a comprender que tiene el deseo de cambiar, pero que no ha logrado hacerlo hasta ahora por su propia cuenta. El enojo lo lleva adentro, y no ha podido dominarlo.
»No siempre el enojo es algo malo. Debiéramos enojarnos a causa de que hay personas alrededor del mundo que se están muriendo de hambre y gobernantes corruptos que persiguen y matan a su propio pueblo. Y debiéramos sentir enojo cuando los que cometen delitos no reciben ningún castigo y cuando los niños son víctimas de abuso.
»Pero el enojo que usted lleva adentro no es enojo que se justifica; no tiene ningún buen propósito. Al contrario, causa problemas en su familia. Entonces ¿por qué no ha podido usted dominarlo? El apóstol Pablo contestó esa pregunta hace dos mil años cuando dijo: “Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí.” Romanos 7:20
»El pecado no es un concepto popularmente aceptado. Algunos creen que es arcaico o condenatorio. Pero es el pecado lo que nos impulsa a todos a hacer cosas que no quisiéramos hacer. Y nos induce a no hacer lo que sí queremos hacer. Es el producto de la naturaleza pecaminosa con la que nacimos todos. Usted describió perfectamente los síntomas de esa naturaleza pecaminosa: no poder cambiar lo que uno quiere cambiar.
»Está bien que asista a grupos de apoyo para personas que están luchando por dominar el enojo, y que haga determinados ejercicios que lo ayuden a dominarlo. Sin embargo, el paso más eficaz que puede dar es pedirle a Dios que le perdone su pecado y que tome el control de su vida. Después que Él lo haya limpiado de todo ese pecado, usted tendrá que seguir esforzándose por dominar su enojo. Pero tendrá a Dios en su vida para ayudarlo. Él le recordará lo que de veras importa. Le recordará que cosas insignificantes como el llanto de los niños pueden ser enojosas, pero que son de esperarse. Le ayudará a recordar que necesita concentrarse en las cosas buenas y no en las cosas malas. Y lo ayudará a cambiar por completo su perspectiva de la vida, que a su vez mitigará el enojo que usted siente.
»Dios nos ama lo suficiente como para darnos soluciones a nuestros problemas. Esas soluciones podemos encontrarlas cuando cultivamos una relación personal con Dios. Él envió a su Hijo Jesucristo a este mundo a tomar nuestro lugar al morir en la cruz por nuestros pecados. ¡Aproveche lo que le ofrece!
»Le deseamos lo mejor,
»Linda y Carlos Rey

miércoles, 6 de abril de 2011

Esfuerzate y Animate



A veces sientes que todo lo que te rodea te ahoga. Y pierdes el ánimo y las fuerzas. Pero sabes que Dios está contigo, por lo qué: Esfuérzate y anímate; no temas, ni tengas miedo de ellos, porque, Yo el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejaré, ni te desampararé.

Que Asco..!


Una mañana decidí ayudar a mi esposa a preparar el desayuno. A mí me gustan los panqueques, así que cogí el libro de recetas de cocina y encontré una receta para hacer panqueques. De algún modo, cometí el error de usar bicarbonato de soda en lugar levadura de polvo. Mi esposa terminó haciendo otra hornada de panqueques con los ingredientes correctos. Los que yo había hecho simplemente no había quien se los comiera. Se veían bien, pero el mal sabor no se les quitaba.
El versículo 8 de nuestra lectura de la biblia me hace recordar los panqueques. Efraín fue torta no volteada. Imagínense a qué sabría un panqueque quemado en un lado y pegajoso en el otro. "¡Qué Asco!"
¿Cual es la reacción de Dios cuando él contempla nuestras vidas? Jesús tuvo mucho que decirles a los fariseos por hacer que sus vidas parecieran hermosas por fuera, mientras que por dentro estaban llenas de toda inmundicia.
¿Cuán a menudo introducimos cosas malas en nuestras vidas? ¿Será que las cosas que decimos y hacemos son convenientes para un hijo de Dios? Pensamos que podemos cambiar los requisitos que Dios ha establecido para nuestras vidas. No le permitimos "voltearnos" y perfeccionar nuestras vidas. Cuando no dejamos que Dios haga lo que él desea con nuestras vidas, no sólo terminamos siendo repulsivos a los demás, sino que también a Dios. Que Dios nos ayude a seguir las instrucciones que él ha dado para que nos haga aceptables a él.
¡Ay, qué asco!, o ¡Mmmm, qué delicioso! ¿Cuál será?
Mark Webb, Junto a Aguas de Reposo.
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:16

Se que puedo acudir a Ti

El Rompecabezas


¿Eres aficionado a los rompecabezas?
Si alguna vez has tratado de armar un rompecabezas complicado, sabes tres cosas sobre ellos:
Primero, toman tiempo. Muy pocas personas pueden armar varios cientos de piezas de un rompecabezas con rapidez. Casi todos los rompecabezas grandes toman varios días, aun semanas, para terminarlos. La diversión está en el proceso, la satisfacción en el resultado.
Segundo, el punto de partida de un rompecabezas es identificar las esquinas y los bordes, las piezas que tienen un lado recto.
Tercero, es divertido armar un rompecabezas solo, pero es más divertido armarlo con otros. Cuando se encuentra una pieza que «cabe justo» entre dos o más piezas, todos los participantes comparten la emoción.
Considera el día que tienes por delante como una pieza en el rompecabezas de tu vida. Es más, su forma es probable que sea muy dentada y sus colores muy difícil de identificar. El significado de hoy quizá no vaya en secuencia con el ayer. Lo que experimentas hoy tal vez encaje con algo que experimentaste hace varios meses o algo que experimentarás en el futuro. no es probable que veas el cuadro completo de tu vida observando un solo día. Aun así, puedes confiar que hay un plan y un propósito. Todas las piezas se van a unir según el designio de Dios y su timepo.
Algunos días, nosotros encontramos piezas de nuestras vidas con bordes rectos, verdades que se convierten en parte con bordes rectos, verdades que se convierten en parte de nuestra razón de ser. Otros días encontramos piezas que encajan juntas, así que entendemos más sobre nosotros mismos y la obra de Dios en nuestra vida. Y todos los días podemos conocer el gozo de compartir nuestra vida con otros e invitarlos a que sean parte del proceso de descubrir quién somos.
Lo principal que debemos recordar es disfrutar el proceso. Vive hoy hasta la plenitud, sabiendo que un día verás el cuadro en su totalidad.
Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. --Hebreos 12:2

Dos Descubrimientos de Pasteur


Luis Pasteur, el gran sabio y científico francés, hizo grandes descubri­mientos en su laboratorio. Uno de ellos fue el sistema de calentar la leche hasta cierto grado a fin de matar la bacteria sin quitar de la leche sus propiedades. Hasta el día de hoy, a ese proceso se le conoce como la «pasteurización», en honor al famoso químico y biólogo francés. Otro de sus descubrimientos fue la vacuna contra la rabia, que ha tenido también un valor incalculable para la humanidad. Y sin embargo esto es lo que dijo el doctor Pasteur al respecto:
«He descubierto muchas cosas maravillosas en mi vida. Pero puedo afir­mar que hay dos descubrimientos que para mí han sido los más impor­tantes. El primero fue cuando descubrí que yo era pecador, perdido delante de un Dios santo y justo. Y el segundo fue cuando descubrí que había salvación para mí, provista por Dios mismo, en la persona de su Hijo, el Señor Jesucristo. Cuanto más estudio la naturaleza, más admiro las maravillosas obras del Creador. Y no entiendo por qué los filósofos quieren destruir la religión y negar la existencia de Dios.»
Lo cierto es que muchos de los que apelan a las credenciales y a los diplomas de ciertos eruditos para respaldar su creencia de que Dios no es más que un mito, lastimosamente no admiten que científicos de la talla de Pasteur, Newton y Einstein no sólo han creído en la existencia de Dios, sino que han dado testimonio de su fe. Pasteur no sólo manifestó su asombro ante quienes dicen que Dios no existe, sino que dio testimonio de que para él los descubrimientos espirituales que hizo tienen mucha más importancia que sus descubrimientos científicos. Y los descubrimientos espirituales los redujo a dos: el primero, que él era pecador; y el segundo, que Jesucristo era su Salvador. En realidad, con esos dos descubrimientos Pasteur dio a conocer la esencia misma de la verdadera religión.
Jamás ha habido, y jamás habrá, una edición de UN MENSAJE A LA CONCIENCIA en la que demos a entender que tal o cual iglesia representa la esperanza del mundo. En cambio, lo que sí hemos proclamado siempre, y seguiremos proclamando a los cuatro vientos, es que la esperanza del mundo es Jesucristo. Él es la esencia personificada de la religión verdadera.
Más vale que, al igual que Luis Pasteur, asumamos la actitud del apóstol Pablo, quien a su vez declaró: «Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna. Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.»
1Ti 1:15‑17
por Carlos Rey
http://conciencia.net/#2011abr06

lunes, 4 de abril de 2011

Hoy… Estaré Listo Para Lo que El Señor Decida


“Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están listos a todo lo que nuestro señor el rey decida” II Samuel 15:15.
Si hoy realmente estoy listo a hacer lo que el Señor y Rey de mi vida decida, entonces todas las luchas, vejaciones, burlas o indiferencias de la gente que se levantan por yo querer obedecerlo, realmente son pequeñas o simplemente no existen. Si él me ha llamado a hacer lo que estoy haciendo entonces simplemente no podré quejarme, porque estoy haciendo lo que él me ha señalado de antemano.
Si él decide que en estos días realice un trabajo de puertas para adentro, donde no voy a ser visto, ni aclamado ni siquiera reconocido, entonces no estaré enojado porque a otros si les ha tocado un trabajo de puertas para afuera y sin son reconocidos.

Si hoy me he propuesto a hacer algo dentro de mis planes personales y él me envía alguien que va interrumpir ese trabajo, pero que en los planes del Señor está que le dedique tiempo a esa persona necesitada y atribulada, necesito estar dispuesto a hacer un lado mi trabajo y entonces hacer el trabajo que a ultima hora el Señor decidió enviarme. Al fin y al cabo lo más importante para vida no es llevar a final termino mis planes, si no los planes del Rey.
Si hoy necesito caminar por el camino de la obediencia y estar listo para lo que el Señor me pida entonces hoy también necesito comprender que mi primer paso es estar listo para obedecer sin discutir. Es el Señor quién decide en ultima instancia el trabajo que haré y estar dispuesto a modificar mis planes personales para realizar los planes el Señor.
Gracias Señor, porque hoy has tocado mi alma con tu poder y con tu amor. Hoy estoy listo para hacer cualquier cosa que me indiques. Se que mi vida pretende a ti, yo solo soy tu siervo y un siervo no decide, quien decide es su Señor. Quiero aceptar las misiones que me encomiendes hoy con gozo, satisfacción y entusiasmo. Se que hoy estoy aquí y estoy haciendo lo que estoy haciendo por que este es tu plan. Amén.
Dr.Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

Un visionario es..

Treinta y seis horas al lado de la muerte

Fue larga la borrachera de esa noche. Eran jóvenes y tenían pocos años de casados, y sin embargo el licor era su única distracción. Scott Osborn, de veintiocho años de edad, y Diana France, de veintiséis, de Rotherham, Inglaterra, bebieron esa noche como nunca.

Al día siguiente Diana no despertó en todo el día, y Scott siguió con sus tragos. Al tercer día Diana tampoco se movió de la cama, y Scott siguió al lado de ella, sin dejar de beber. Por fin Scott se dio cuenta de que ella estaba muerta. Él había estado acostado al lado de un cadáver durante treinta y seis horas.

¡A qué extremos de horror y tragedia conduce el vicio del alcohol! Esta pareja, ambos licenciados, tenían buenos empleos con buenos salarios. Tenían un apartamento bien amueblado y adornado. Pudieran haber sido felices, con placer sano y normal. Pero escogieron el alcohol como pasatiempo principal. Y el designio franco del alcohol es siempre liquidar a su víctima.

Igual que Scott, toda persona dominada por el alcohol vive al lado de un cadáver. Vive, en primer lugar, al lado del cadáver de su inteligencia y su raciocinio, porque el alcohol liquida las facultades de la razón.

Vive también junto al cadáver de su personalidad. El alcohol destruye su verdadera identidad. Vez tras vez se dice del alcohólico: «Cuando está en su sano juicio es una bella persona, pero cuando bebe unas copas de más, ¡es una fiera»!

Con el alcohol se vive también junto al cadáver de un destino brillante y progresista. Hay millones de hombres talentosos y capaces, con perspectivas deslumbrantes, cuyo futuro el alcohol ha desintegrado. Hombres inteligentes, verdaderos genios que, anulados por el alcohol, se hunden en el fracaso.

Sobre todo, el alcohólico vive junto al cadáver de su conciencia moral, esa elevada facultad que distingue al ser humano de la bestia. Con una conciencia muerta, la persona pierde toda noción de compromiso, de responsabilidad, de honor.

Si hoy usted está en las garras de ese enemigo implacable, en primer lugar, reconózcalo. Admítalo ante todos los suyos, y especialmente ante su cónyuge. Diga abiertamente: «Yo soy un alcohólico.»

Sométase al señorío de Cristo. Alléguese a alguna congregación de personas que sirven de todo corazón al divino Creador. Dios tiene el poder para librar de las garras del alcohol a cualquiera que se lo pida. Él quiere darle una nueva vida. Busque a Dios como quien busca la vida misma.

por el hermano Pablo

Quiero Aprovechar Bien El Tiempo

“Mirad, pues con diligencia como andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos” Efesios 5:15.
Hoy he estado pensando en el tiempo. Cuando salí a mi trabajo dije: Oh, cuanto necesito yo de más tiempo, pero lamentablemente tengo solo 24 horas en el día. He estado pensado que la gente más ocupada pareciera que tuvieran más tiempo que los menos ocupados. La gente con menos compromisos y responsabilidades en la vida parece que nunca tienen tiempo suficiente. Por qué es así?.

Hoy entiendo que mi responsabilidad hoy es economizar tiempo, muchas veces he derrochado tiempo en las cosas menos importantes. He notado que la gente ocupada tiende a organizar sus vidas a fin de aprovechar cada minuto disponible. Muchos de ellos se desenvuelven en intrincadas organizaciones cívicas y además tienen tiempo para sus familias y tiempos de recreación y aún tienen tiempo para la iglesia.
La Biblia declara que nosotros como cristianos tenemos que aprovechar bien el tiempo porque los días son malos. Una persona que ha aprendido a aprovechar cada minuto del día, ha aprendido a emplear la sabiduría de Dios. Se que hoy yo debo emplear tiempo suficiente como una oportunidad para servir a Dios y cumplir sus mandamientos en mi vida.
Hoy he descubierto que en verdad tengo tiempo para todo y sobre todo para lo que es más útil y provechoso. Cuando mi mente no está enfocada en las cosas del Señor, la Palabra de Dios y en la oración entonces siento que mi vida parece un pequeño barco dando vueltas en medio de un lago. La manera como nosotros gastamos el tiempo es un indicativo de la clase de calidad de nuestro caminar con el Señor.
Hay muchos ladrones de tiempo que roban horas preciosas de tiempo que podrían usarse para cosas productivas y significativas de la vida. La televisión es un gran ladrón de tiempo. Nos seca el alma y nos deja sin productividad. Que buena idea sería agregar a la familia las horas que se gastan ante la televisión. Otros ladrones de tiempo son nuestras aflicciones, aún el trabajo, nuestras relaciones y el dejar para más tarde lo que se podría hacer hoy.
Hoy entiendo que tengo la misma cantidad de horas que otra persona tiene. En vez de anhelar tener más tiempo o más horas hoy decido tomar las horas que tengo y organizar mi vida de tal manera que pueda hacer la mejor inversión del tiempo tanto para mi vida como para el Reino de Dios.
Señor Gracias por cada hora que me das. Quiero hacer lo mejor con esa hora en este día. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.

domingo, 3 de abril de 2011

Donde estabas tu cuando yo mas te necesitaba ?

Solemne, transcurría el funeral. Yacía en la caja un eminente clérigo que había dedicado toda su vida a servir a la humanidad. Largas filas de personas que habían recibido de él algún consejo sabio, alguna ayuda espiritual, incluso algún beneficio material, testificaban cuándo, cómo y en qué circunstancias el reverendo les había ayudado.

En eso se acercó al ataúd un joven de unos treinta años de edad. Estaba mal vestido, sucio, con barba de una semana y con todas las trazas de alcohólico. Miró detenidamente al cadáver en la caja y, con emociones encontradas como de tristeza mezclada con resentimiento y odio, dijo: «Papá, ahora me doy cuenta dónde estabas tú cuando yo más te necesitaba.»

Esta historia verídica, con profundo sentido humano, de un pastor eminente que dedicó toda su vida a proveer ayuda espiritual y consejo profesional a miles de personas, pero que no tuvo tiempo de prestarle atención a su propia familia, nos deja una tremenda lección.

El proverbista Salomón, entre sus sabias máximas, escribió la siguiente: «Me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña descuidé!» (Cantares 1:6). Qué fuerte reprensión es ésta a los padres que cuidan de todo y de todos, pero se olvidan de ser amigos, consejeros y verdaderos padres de sus propios hijos.

El pastor de la historia aconsejó a miles, hasta tener en su archivo más de tres mil tarjetas con nombres de personas a quienes había ayudado psicológica y espiritualmente. Pero entre esas tarjetas no aparecía la de su hijo.

¿Quiénes deben tener prioridad en el corazón, en los sentimientos y en el calendario de un esposo y padre? Su esposa y sus hijos. Nadie tiene más derecho que ellos a la atención, al amor, al cuidado y a la protección de ese padre.

A cada uno de los que somos padres nos conviene examinarnos en este sentido. ¿Les hemos dado a nuestros hijos la atención, el tiempo y el interés que ellos tanto necesitan de nosotros? Nuestra responsabilidad primaria es, sin excepción, la familia: esposa e hijos. Nadie ni nada en este mundo debe ser más importante que nuestra familia.

Jesucristo, que es el Señor de la vida, puede hacer de un hombre, desde el más sencillo hasta el más ilustre, un gran padre. Él quiere ayudar a cada uno. Basta con que nos postremos ante Él y le digamos con toda sinceridad: «Señor, me entrego a ti. ¡Ayúdame!»

por el Hermano Pablo

sábado, 2 de abril de 2011

Seamos Honestos

La lectura bíblica de hoy nos recuerda que los demás nos conocen por nuestros frutos. También hay muchas otras cosas que ayudan a identificarnos. Hay un dicho que dice: "Dime con quien andas y te diré quien eres". Hace unos años, vimos un letrero al frente de una pequeña iglesia de campo que decía: "Dime las personas que evitas y te diré quien eres".

Las cosas que leemos también nos identifican. La oruga de la col sólo se alimenta de la col, mientras que la oruga de la nuez se alimenta de las hojas del árbol de nuez. La oruga del algodoncillo solo se alimenta del algodoncillo, y fácilmente identificamos al insecto de la papa por su amor a la planta de la papa.

El hombre que se pasa horas leyendo las páginas deportivas en el diario lo hace porque es admirador de los deportes. La literatura en tu hogar identifica la clase de persona que eres. ¿Tienes tiempo de sobra para el diario, pero sólo le echas un vistazo breve a la sana y buena literatura, la cual podría ayudarte crecer espiritualmente? Nos volvemos como los libros que leemos y como las personas con las que nos relacionamos.

¿Acaso tu lectura te identifica como un hijo de Dios?

Cuanto más andamos con Cristo, más nos parecemos a Cristo.

Fuente: Melvin Yoder, Junto a Aguas de Reposo.

Así que, por sus frutos los conoceréis. --Mateo 7:20

Triunfe… ¡Lea!

DISPUESTOS A MORIR POR SU FE

Cuenta Richard Wurmbrand en su best seller autobiográfico, Torturado por Cristo, que cuando los rusos ocuparon Rumania, dos soldados rusos irrumpieron en una iglesia cristiana y, apuntando sus armas a todos los presentes, gritaron:

—¡No creemos en su fe! A los que no renuncien de inmediato a ella, los mataremos de un tiro ahora mismo. Los que renuncian a su fe, pasen a la derecha.

Algunos se pasaron a la derecha del recinto.

—¡Ustedes, salgan de la iglesia y regresen a sus casas! —les ordenó uno de los soldados.

Y salieron huyendo, como alma que lleva el diablo.

Los soldados rusos, una vez que quedaron solos con la mayoría de los asistentes que no se habían movido ni un ápice, los abrazaron y les dijeron emocionados:

—Nosotros también somos seguidores de Cristo, pero queríamos fraternizar sólo con aquellos que están dispuestos a morir por la verdad que profesan.1

En realidad, esta historia pone el dedo en la llaga. Aunque cueste trabajo admitirlo, hay muchos presuntos cristianos que tienen una úlcera en el alma que los está envenenando por completo.

Para éstos, el cristianismo no es más que un amuleto contra la mala suerte que en el mejor de los casos les trae muy buena suerte. Creen que Jesucristo tiene la obligación de protegerlos de todo accidente y de proveerles de todo lo que ansían y piden para gastar en sus propios deleites. Hacen con la religión un negocio. «Si yo sigo a Cristo —dicen—, entonces Él tiene que darme salud, dinero y placeres. Y si no, entonces no tengo por qué seguirlo.»

En cambio, los seguidores de Cristo que viven en países donde el ateísmo es la religión del estado arriesgan la vida cuando confiesan su fe en Él. En los lugares en que hay leyes que prohíben hablar acerca de la fe cristiana con personas menores de dieciocho años, el hacer tal proselitismo puede significar prisión y muerte. Y sin embargo miles de hombres y mujeres lo hacen, convencidos de la justicia de su causa, afrontando con valor hasta las últimas consecuencias.

Aunque parezca algo severo, Cristo espera lo mismo de todos sus seguidores, cualquiera que sea su país de origen o de residencia. Es que lo que no nos cuesta nada tampoco tiene valor alguno. Por eso el Rey David le dijo al jebuseo Arauna que no ofrecería a Dios lo que no le hubiera costado nada.2 Y por eso Cristo categóricamente dijo: «Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará.... Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»3

1 Richard Wurmbrand, Torturado por Cristo (Bogotá: Editorial Buena Semilla, 1967), p. 111.
2 2S 24:24
3 Mr 8:34,35,38

por Carlos Rey

viernes, 1 de abril de 2011

Una Sonrisa Puede

Caso 124

Hace dos años recibí la peor noticia de mi vida. Mi hijo... estaba atravesando una enfermedad prácticamente incurable para la ciencia: cáncer [en los huesos]. Estuvo en tratamiento por dos años.... Finalmente, mi amado hijo falleció.... Cuando recibí la noticia, me dolió mucho.... Renegué de Dios, y luego tuve que pedirle perdón....

Cuando hablo de [mi hijo], siento tristeza y dolor aun. Sé que lo voy a ver algún día, pero lo extraño mucho y lloro. ¿Qué debo hacer cuando vienen los recuerdos?

Consejo

Estimada amiga:

¡Lamentamos mucho la pérdida que usted ha sufrido! La muerte de un hijo es la más dolorosa de todas porque parece prematura. Sabemos que nuestros padres han de morir. Y sabemos así mismo que han de morir personas de edad avanzada. Pero no esperamos que nuestros hijos vayan a morir antes que nosotros.

Su pérdida también es muy dolorosa porque usted se pregunta cómo hubiera sido el resto de la vida de su hijo. Usted lamenta que él nunca habrá de casarse, de tener hijos ni de disfrutar de la vida como adulto.

Al igual que hacen muchos, al principio usted le echó la culpa a Dios. Después de la muerte prematura de una persona, queremos echarle la culpa a alguien. Queremos que alguien sea responsable para que podamos desahogarnos con esa persona. Pero usted llegó a comprender que no fue Dios quien causó la enfermedad ni la muerte de su hijo. Nuestro medio ambiente, nuestra herencia genética y nuestro estilo de vida pueden contribuir a explicar el origen de algunos tipos de cáncer, pero hasta la fecha hay mucho que se desconoce acerca de otros tipos. Tal como usted dio a entender, la ciencia no ha descubierto aún todas las curas.

¡Desde luego que usted todavía extraña a su hijo! Y por supuesto que llora y que la abruman los recuerdos! Él creció en su vientre y en su corazón, y luego, de repente, le fue arrebatado. Es de esperarse que usted sienta esa tristeza y ese dolor por el resto de su vida.

Ahora bien, usted nos ha pedido que le demos un consejo práctico. En primer lugar, no espere que esto sea pasajero. El tiempo mitigará el dolor, pero nunca desaparecerá por completo. Y en segundo lugar, válgase de la energía que procede de ese dolor para influir positivamente en la vida de alguna otra persona que esté cerca de usted.

Nosotros tenemos unos amigos que perdieron a su hijo, Charlie, a causa de una enfermedad que sufrió cuando tenía doce años. Charlie tenía muchos amiguitos que a menudo carecían de comida. Así que él acostumbraba darles su propio almuerzo, aunque con eso él se quedara con hambre. Después que Charlie murió, sus padres se sintieron devastados, como era de esperarse, pero sintieron que Dios quería que siguieran dándoles comida a los niños hambrientos tal como lo hubiera hecho Charlie. De alimentar a unos pocos pasaron a darles comida a muchos, hasta que fundaron una organización que se llama «La comida de Charlie», que actualmente alimenta a centenares de niños en América Central, África y Asia. No ha desaparecido su dolor, pero los padres de Charlie lo han convertido en algo que salva a otros niños del hambre y de la muerte. Gracias a la vida y a la muerte de Charlie, otros niños vivirán, y otras madres se salvarán de tener que sentir el insoportable dolor de perder a un hijo.

Pídale a Dios que la ayude a descubrir una manera de cambiar la vida de otra persona en memoria de su hijo. Pues Santiago el apóstol enseñó que «la religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.»1

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey

DEJA QUE TU PADRE TE DÉ UN BESO

La balsa de goma corrió desbocada sobre los furiosos rápidos del río Colorado, en el Gran Cañón. Navegaban en la balsa tres hombres impetuosos. De repente la balsa dio contra una afilada punta de una roca, y estalló como un globo. Los tres hombres cayeron a las turbulentas aguas.

Harris Frank, de sesenta y cinco años de edad, hombre recio y duro, luchó por su vida. Tenía una clavícula fracturada y la mano izquierda casi seccionada. De los otros hombres, su hijo John de cuarenta años, y su nieto Tyler de dieciocho, no supo nada. En su agonía clamó a Dios diciendo: «Señor de los cielos, sálvame a mí y sálvalos a ellos.» Después de dos horas fue rescatado.

Cuando su hijo y su nieto fueron a verlo al hospital, Harris Frank, con lágrimas en los ojos, dijo: «Deja que tu padre te dé un beso.» Este era el primer beso que aquel padre le daba al hijo en cuarenta años de vida.

Harris Frank no era un hombre malo. Era un hombre duro, eso sí, de los que piensan que besar a un hijo es señal de debilidad, cosa de mujeres. Pero él no era malo. Sin embargo, esos momentos de peligro, cuando parece que se ha llegado al fin de la vida y se abre por delante el abismo negro de la muerte, sirven para ablandar la mente y el corazón. El hombre más duro se enternece, y los ojos sin lágrimas se humedecen.

Muchos padres piensan que para hacer que sus hijos sean hombres tienen que tratarlos con dureza e insensibilidad. No deben nunca mostrarles cariño ni darles un abrazo. Pero cuando acecha la muerte o golpea la desgracia, se dan cuenta de que la vida natural no es así. Ellos también, por duros que sean, sienten emociones que los mueven a llorar, a asustarse y a clamar a Dios. Cuenta Harris Frank, en su relato, que vio una especie de catedral blanca en los cielos, y eso lo hizo clamar a Dios.

¿Cómo debe relacionarse, entonces, el padre con su hijo? Si el hijo está en la cunita y todavía viste pañales, debe ir y darle un beso. Si el hijo tiene dieciocho años y está sufriendo sus primeros problemas emocionales, debe abrazarlo, darle un beso y confortarlo. Y aun si el hijo tiene cuarenta años de edad y está pasando por una crisis en su vida, debe darle un abrazo y un beso. ¿Acaso por eso deja de ser su hijo?

Los hijos, especialmente los hijos varones, necesitan ver en su padre esa transparencia emocional que les asegura que son amados de quien más necesitan amor. Amemos a nuestros hijos con el amor con que Dios ama a su Hijo Jesucristo, y lloremos con ellos.

por el Hermano Pablo